El vino es una bebida que acompaña a muchas comidas y cenas, tanto en casa como fuera de ella. Sin embargo, el consumo de vino en los restaurantes ha experimentado algunos cambios en los últimos años, debido a diversos factores como la pandemia, las preferencias de los consumidores o la oferta de los establecimientos.
Según un estudio realizado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación[^1^][1], el consumo de vino en hostelería y restauración representa el 25% del consumo total de vino en España, siendo el 75% restante el consumo en el hogar. Dentro del canal HORECA, el 70% del consumo de vino se realiza en restaurantes y el 30% en bares y cafeterías.
El mismo estudio revela que los consumidores valoran mucho o bastante adecuada la oferta de vinos en los establecimientos, aunque también señalan algunos aspectos mejorables como la variedad, la información, el servicio o el precio. Entre los tipos de vino más consumidos en el canal HORECA se encuentran el tinto joven, el tinto con crianza y el blanco joven.
Por otro lado, la pandemia ha provocado una reducción de las ocasiones sociales y formales donde se solía consumir vino espumoso, como el champagne, el cava o el prosecco. Sin embargo, según Wine Intelligence[^2^][2], los consumidores están ahora más abiertos al vino espumoso para ocasiones informales, lo que supone una oportunidad para este segmento.
Así pues, podemos observar que el consumo de vino en los restaurantes se ha adaptado a las circunstancias actuales, manteniendo su relevancia como bebida gastronómica y social, pero también buscando nuevas formas de satisfacer las demandas y expectativas de los consumidores.